Personas que se encuentran en un momento de transición en su vida. Personas que buscan claridad en su vocación personal. Comunidades en situación de necesidad.
El apoyo que prestamos se basa en la contemplación reflexiva y la oración, y adopta diferentes formas, en función de la experiencia que haya vivido cada hermana.
Algunas de nosotras estamos cualificadas en dirección espiritual o asesoramiento. Otras, que han alcanzado un cierto grado de madurez espiritual, pueden acompañar a personas que estén buscando un camino y a personas que pasen por circunstancias difíciles de su vida, siendo mentores de un modo más informal. Todas acompañamos a los demás a través de la oración por un mundo de justicia, paz y amor.
Vivimos una relación en la que todos damos y todos recibimos, y a menudo lo que aprendemos de estos encuentros nos hace más humildes y alimenta el sentido de admiración por la creación de Dios, que conservamos en el corazón.
Los principios y valores en los que se fundamenta nuestro ministerio nos llevan a centrar especialmente nuestra atención en aquellos a los que se les niegan los derechos básicos y la justicia.