La Congregación fue fundada «para dar testimonio en la Iglesia y en el mundo de la fidelidad de Dios y su amor por el pueblo judío y para apresurar al cumplimiento de las promesas concernientes a judíos y gentiles.» (Const. 2).
Teodoro Ratisbona, nacido en Estrasburgo en 1802, de una familia judía en vía de asimilación, había recibido una educación llena de cariño y rectitud, pero poca formación religiosa. «La religión me disgustaba, escribe, la mía como todas las demás. De su desconcierto brota un día esa oración: «Oh Dios, si realmente Tú existes, hazme conocer la verdad, y te juro que te consagraré mi vida.’
La enseñanza de un joven profesor de filosofía, Luis Bautain, que sacaba su ciencia de las Escrituras, encamina poco a poco a Teodoro hacia el descubrimiento del Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento. Recibe et bautismo a las 24 años, el Sábado Santo, 14 de abril de 1827. Durante su vida, como cristiano, luego como sacerdote, recibe de la Palabra de Dios su inspiración y su llamado apostólico que se concretará solamente quince anos más tarde.
El 20 de enero, su hermano menor, Alfonso, recibe en Roma, en una aparición de María, la gracia de la fe cristiana. A la luz de la Palabra de Dios, Teodoro discierne el mensaje recibido de María y, estimulado por su hermano, funda en 1843 la Congregación de las religiosas de Nuestra Señora de Sión. En 1852, reúne el primer núcleo de la que llegará a ser la Congregación de las Religiosas de Nuestra Señora de Sión.
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