Colégio Sion Solitude, Curitiba, Brazil

Un camino de aceptación, responsabilidad y realización

En 1970, Sion Solitude empezó a mantener la Escuela Comunitaria Profesor Joaquim Franco, situada en el barrio de las hermanas contemplativas. El objetivo era atender a los residentes en situación de vulnerabilidad social en las proximidades del convento. Veinte años más tarde, en la década de 1990, se construyó junto a la escuela la Casa da Paz, con el objetivo de enseñar artesanía a alumnos en situación de vulnerabilidad social. Durante ese tiempo, la ciudad se expandió y el barrio de la Solitude se convirtió en una opción de vivienda para quienes buscaban un buen nivel de vida a pocos kilómetros del corazón de Curitiba. Fue entonces, en 1997, cuando se cerró la Escuela Profesor Joaquim Franco, que en 1998 se convirtió en el Colégio Nossa Senhora de Sion Solitude.

Las características distintivas de la escuela

Para acoger a cada alumno con los brazos abiertos, la misión de la escuela es proporcionar una formación humana libre y responsable, así como descubrir y estimular aptitudes y talentos.

Los ejes de las actividades son la educación personalizada, el desarrollo de la autonomía, un entorno educativo adecuado a los diferentes grupos de edad, con el profesor como facilitador del proceso de aprendizaje. En este sentido, Sion Batel invierte en profesores especializados y métodos innovadores, fomentando la creatividad y valorando a la persona. Por eso, los alumnos de Sion saben cómo verse a sí mismos y a los demás, y cómo ser vehículos de justicia, compasión y armonía.

Sion Batel utiliza el método Montessori-Lubienska-Ramain, que ayuda a cada alumno a desarrollar y construir sus propios conocimientos. La escuela también está asociada a la Organización Montessori de Brasil (OMB), que promueve encuentros de formación para directores que trabajan con este método.

El espíritu de Sion en la escuela

En su misión de fe judeocristiana, la vida cotidiana de la escuela se basa en el carisma de Sion, que llama a todos a una actitud de compromiso con el otro y con Dios, a vivir como testigos de Su amor por el pueblo de Israel y, a través de Jesús, por toda la humanidad. Son los profesores quienes tienen la misión de transmitir el carisma de Sion, transmitiendo conceptos y valores que aspiran a una sociedad más fraterna, solidaria y consciente. Las actitudes asociadas al carisma de Sion son la acogida, el espíritu de discípulo, el diálogo y la escucha.

Otro concepto que impregna las actividades escolares es el respeto a las diferencias, mostrando el valor de la individualidad y llevando al alumno por un camino de aceptación, responsabilidad y realización, para promover el aprendizaje intercultural y la educación para el desarrollo sostenible.

Se brindan oportunidades de adquirir experiencia en el ámbito de la paz y los derechos humanos, así como sobre las prioridades de las Naciones Unidas y los temas centrales defendidos por la Unesco, a la que Sion Batel está asociada desde 1998 a través del programa de escuelas Unesco-PEA.

Acciones sociales

Con el fin de implicar a los alumnos en una amplia variedad de acciones sociales, se llevan a cabo diversas actividades con instituciones benéficas. Entre ellas están las campañas, a veces realizadas en fechas conmemorativas, de recogida de alimentos, productos de higiene personal, material escolar, tapones de botellas de plástico o cajas de leche. Un ejemplo es la participación estudiantil en el grupo Jovens Amigos Sionenses (JAS), cuyo objetivo es realizar encuentros y acciones sociales promovidas por la Pastoral de Sion.

Estas acciones permiten a los voluntarios conocer realidades diferentes, comprender las limitaciones y dificultades de las personas menos favorecidas e implicarse en proyectos solidarios, participando en actividades que impulsan el compañerismo y la interacción a través de cuentos, música, juegos, actividades lúdicas y campañas periódicas de recaudación de fondos.

De este modo, los jóvenes crecen, se transforman, dejan atrás la pasividad y se comprometen consigo mismos y con los demás, de acuerdo con el carisma y los principios de Sion. Dar su tiempo a los demás, independientemente de su edad, etnia o creencias, hace aflorar el respeto y el sentido crítico, y fomenta el amor a la familia, a la escuela, al medio ambiente, a los demás, a la vida y a Dios.

“El respeto, la acogida y la paz están muy presentes en Sion. Aquí me siento especial y muy querida.”
Mariana, 15 años

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