Era la segunda edición anual del evento, organizado por la Oficina de Pastoral Bíblica de la Diócesis de Iași (Directora: Sor Iuliana Neculai, NDS) y la Oficina Ecuménica (Director: Padre Iosif Antili). Alrededor de 70 personas acudieron a participar en forma presencial, y otras se unieron a través de la retransmisión interactiva en directo de Radio ERCIS FM.
El simposio del año pasado fue la primera gran iniciativa de sor Iuliana como recién nombrada directora de la Oficina de Pastoral Bíblica de la diócesis. Fue su manera de responder a la llamada del Papa Francisco de 2019 para promover el estudio de la Sagrada Escritura cada año el tercer domingo del mes de enero.
La fecha establecida por el Papa para la conmemoración de la Palabra de Dios no es casual: se sitúa justo después del Día del Judaísmo de la Iglesia católica y en medio de la Semana ecuménica de oración por la unidad de los cristianos en el hemisferio norte. Como tal, pretende sensibilizar a los católicos sobre nuestra identidad a dos niveles. Nos recuerda la centralidad de la Palabra de Dios en nuestra identidad cristiana. Y es una oportunidad para conocer la tradición judía que se encuentra en el Primer Testamento, con el fin de aumentar la apreciación de los dones comunes y las identidades específicas del cristianismo y el judaísmo.
Tras el éxito del simposio del año pasado, Sor Iuliana estaba un poco nerviosa por no estar a la altura de las expectativas. Al mismo tiempo, se sentía obligada a seguir ofreciendo a los rumanos una reflexión sobre el diálogo en torno a la Palabra de Dios, una dimensión muy querida por las hermanas de Nuestra Señora de Sion.
El evento de este año fue inaugurado por el obispo emérito Petru Gherghel, de la Diócesis de Iași, y moderado por el padre Iosif.
Sor Iuliana fue la primera en intervenir. Comenzó expresando la esperanza del Papa Francisco de que el conocimiento de la Palabra pueda suscitar entre las personas el deseo de unidad y de diálogo auténtico. A su introducción siguieron las intervenciones de estudiosos judíos, ortodoxos, protestantes y católicos.
La prof. Felicia Waldman habló del valor de la palabra en la tradición judía. En este contexto, presentó distintas definiciones de “palabra”: como intención divina e instrucción oral, pero también como pensamiento humano y oración pronunciada. Afirmó que la palabra es una energía poderosa que encierra múltiples interpretaciones, las cuales, advirtió, pueden ser constructivas o destructivas.
La conferencia del P. Cătălin Vatamanu se inspiró en Colosenses 4,3: «Oren por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la Palabra, y podamos anunciar el Misterio de Cristo». Se centró en la importancia de la unidad de los cristianos en nuestro caminar con Dios hacia Dios, y recomendó que la lectura de las Sagradas Escrituras nos lleve a la oración y a encarnar la Palabra.
El Rev. Florin Vasiliu analizó el papel que desempeña en el crecimiento espiritual de los creyentes la lectura devocional de las Escrituras: una lectura personal que abarca la dimensión mística y está vinculada a la oración. La describió como un acto deliberado de acercamiento y encuentro con Dios que requiere constancia y compartir con los demás.
El P. Zoltán Oláh planteó la pregunta: ¿Qué dicen los libros proféticos sobre la identidad profética? Presentó diferentes perspectivas sobre los profetas bíblicos, considerando el significado del término «profeta» y el fenómeno de la profecía en la antigüedad, y examinando el carácter profético de las Escrituras.
Tras cada charla hubo preguntas y un animado debate. La importancia de todo esto se hace más evidente si se tiene en cuenta que la Iglesia católica de Rumanía, que pasó a la clandestinidad durante el comunismo para resurgir en los años noventa, está aún en proceso de encontrar su identidad dentro de la comunidad eclesiástica mundial actual. Uno de los asistentes reiteró la importancia de aprovechar al máximo esta libertad relativamente nueva permitiendo que la gracia de Dios se derrame a través de la Palabra.
Muchos quedaron conmovidos por la conferencia de la profesora Waldman y se acercaron a ella durante el descanso para seguir conversando. Ciprian Fecheta, estudiante del Seminario Católico, dijo: «me mostró una nueva cara del judaísmo».
Ciprian también disfrutó de los encuentros con seminaristas ortodoxos durante la pausa, como una experiencia personal de encuentro y amistad, pero también como un puente entre confesiones y una forma de comprender mejor su propia identidad.
Los comentarios de los demás revelan una profunda curiosidad por aprender, comprender y vivir la Palabra de Dios en una actitud de unidad cristiana y armonía judeo-cristiana.
Cristina Bejan describió toda la conferencia como «un gran alimento» y resumió el aprecio general por la oportunidad de vincularse con otras confesiones y credos: «Abre los horizontes de nuestros corazones y almas», dijo. «Crear unidad en la diversidad aporta verdadera alegría».