Fue una celebración animada y alegre, con un aire copto. El obispo Beshara Joudeh, de la diócesis de Abu Qurqas, Mallawi y Der Mous, presidió la misa, en la que participaron activamente las hermanas de Sión, miembros de la familia de Victoria, vecinos y amigos.
La misa, de tres horas de duración, estuvo impregnada de muchos cantos y cánticos acompañados de violines, flautas y símbolos. El diálogo entre la Hermana Victoria y la Superiora General de NDS, la Hermana Oonah O’Shea, se desarrolló en dos idiomas: La Hna. Oonah habló en inglés con interpretación al árabe, y la Hna. Victoria respondió en árabe.
Se tenía la sensación de que era una ocasión importante no sólo para Victoria, su familia y la congregación de NDS, sino también para el pueblo de Berba. Muchos miembros de la parroquia local acudieron a apoyar a la Hna. Victoria y aplaudieron y vitorearon después de que recitara sus votos. «El coro cantó con todo su corazón y todo el mundo disfrutó muchísimo», comentó una hermana. Durante la misa, se invitó a los feligreses a comprometerse a apoyar los votos de Victoria. Su entusiasta respuesta resonó en toda la iglesia.
El camino de Victoria hacia el compromiso definitivo fue muy meditado. Conoció a las hermanas de Sión a los cuatro años, cuando empezó a ir a la guardería que dirigían en Berba. Una de sus antiguas profesoras, la hermana de Sión Juliana Baldinger, recuerda a Victoria como una niña feliz a la que le encantaba la guardería y que volvía a visitarla a lo largo de los años. Cuando terminó el bachillerato, volvió para ayudar en la guardería. Durante este periodo, buscó la dirección espiritual de la Hna. Juliana.
Victoria sentía curiosidad por la vida religiosa, pero no estaba segura de que fuera el camino para ella. «Sentía una llamada», dice, «pero no sabía de dónde venía». La perspectiva de vivir lejos de su familia le preocupaba y al principio rechazó la idea de que fuera Jesús quien la llamaba a seguirle. Pero la llamada persistió y ella siguió, tímidamente, buscando un camino.
La Hna. Victoria hizo sus primeros votos hace seis años. Cuando por fin escribió su carta para pedir hacer los votos perpetuos, ya no sentía ninguna duda. «Ha sido un largo camino», dijo, «me siento feliz y agradecida por habérseme concedido el tiempo de estar segura».
El compromiso de la Hna. Victoria incluye la promesa de emprender ministerios acordes con el carisma de Sión, y su futuro ya está en marcha. Espera terminar un máster en psicología en 2024. Mientras tanto, forma parte de un equipo vocacional para Kenia y está planeando un viaje a ese país a finales de este año.
Lo que la Hna. Victoria quiere compartir con las jóvenes que están discerniendo su vocación se hace eco de su propia experiencia: en un mundo donde el ruido de la vida cotidiana a menudo ahoga las voces más profundas, no tengas miedo de escuchar tu llamada.
Al final de un hermoso día, Victoria publicó algunas fotos en su página de Facebook, con un sencillo mensaje: «Gracias Señor».