AMOR, o Encuentro de Religiosas de Asia-Oceanía, es un foro principalmente femenino que promueve la expresión pública sobre temas de interés común, con el fin de construir la solidaridad entre las religiosas y sus colaboradores en la región de Asia-Oceanía.
Asistieron unas ochenta participantes, la mayoría de Indonesia, con un número menor de Corea, Taiwán, Macao, Hong Kong, Tailandia, India, Pakistán, Sri Lanka, Filipinas y Nueva Zelanda. Sor Oonah, nacida en Australia, estaba bien situada para participar en la conferencia, ya que había trabajado en proyectos de apoyo a las mujeres en Filipinas durante más de 25 años.
Una de las características de AMOR es su marco flexible. No tiene una dirección permanente; cada conferencia está organizada por personas nativas del país anfitrión. Aunque esta falta de estructura formal puede plantear problemas a la hora de coordinar la respuesta posterior a la conferencia, ésta ofrece oportunidades, dando a los organizadores la libertad de crear un foro para el intercambio de experiencias e ideas que sean relevantes tanto geográfica como temporalmente, convirtiéndolo en un acontecimiento que tenga un significado real en el aquí y el ahora.
Esto concuerda con la manera de actuar de las religiosas de Nuestra Señora de Sion, las que favorecen un enfoque colegiado en la toma de decisiones, se esfuerzan por sumergirse en los contextos en los que viven y revisan constantemente su ministerio a la luz de las necesidades de la Iglesia y del mundo en el tiempo presente.
AMOR nació en la década de 1970 al darse cuenta de que, aunque las religiosas de Asia comparten experiencias, misiones y objetivos similares, viven y trabajan aisladas unas de otras. Como resultado, sus voces en favor de la justicia y la paz no estaban siendo escuchadas. Durante los últimos cincuenta años, AMOR ha dado visibilidad al carácter de la vida religiosa en la región de Asia-Oceanía, prestando especial atención al país anfitrión. La justicia social y la ecología han sido temas recurrentes en el debate centrado en la mujer. La conferencia más reciente, celebrada en Myanmar en 2017, se centró en el tema de la conversión ecológica global. Tuvo lugar poco después de la publicación de la encíclica del Papa Francisco sobre el medio ambiente natural, Laudato Si, que llamaba a la gente a vivir su fe cuidando de nuestra casa común.
Esta 18ª edición llevaba por título “Promover la fraternidad ecológica y humana para la Iglesia sinodal de Asia-Oceanía”. Este tema pone de relieve el vínculo entre la sostenibilidad medioambiental y los derechos humanos, y la creciente conciencia de que uno no puede vivir sin el otro. Todo ello en el contexto de una Iglesia en la que la escucha es mutua y en la que todos tienen algo que aprender.
La conferencia combinó discursos de apertura con ejemplos locales de fraternidad humana y ecológica en la práctica. Los actos comenzaron con algunos datos sobre Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, compuesto por cerca de un 87% de musulmanes, un 11% de cristianos y comunidades más pequeñas de hindúes, budistas y otras religiones.
En su discurso del primer día, el obispo Robertus Rubiyatmoko habló de la sinodalidad y de la importancia de caminar juntos en Indonesia, un país caracterizado por la diversidad de su etnia, cultura, costumbres, lengua y religión.
“La Iglesia católica de Indonesia defiende el lema ‘Unidad en la diversidad’”, afirmó. “La armonía y la tolerancia forman parte de las enseñanzas de amor que deben vivir todos los católicos, incluidos el clero y los miembros de la vida consagrada”, añadió.
El segundo día, Alissa Wahid compartió algunas de sus experiencias de encuentro, justicia, solidaridad y esperanza como miembro de Nahdlatul Ulama, una organización islámica y benéfica de Indonesia. En particular, habló de la respuesta interconfesional concertada cuando el Covid-19 asoló Indonesia. En aquella ocasión, se recaudaron fondos y se reclutaron voluntarios de todas las comunidades religiosas para proporcionar artículos de primera necesidad a los más vulnerables.
El programa de la conferencia incluía una visita a Pondok Pesantren Sunan Pandanaran, un internado islámico comprometido con la armonía interconfesional. La jornada escolar consiste en el estudio del Corán, el aprendizaje académico y actividades culturales. Pandanaran está comprometido con el diálogo interreligioso a través de programas de intercambio, visitas y eventos.
En su presentación, el obispo Adrianus Sunarko puso de relieve las estrategias de interés propio seguidas globalmente por muchas personas ante la indiferencia de otras, en detrimento del medio ambiente y de la sociedad. Propuso puntos de partida para establecer el equilibrio y la justicia en las relaciones con los demás seres humanos y con la Tierra.
Los participantes pudieron comprobar la relación mutuamente beneficiosa entre el hombre y su entorno durante una visita a una granja que practica la permacultura, un enfoque autosuficiente de la agricultura. La granja Bumi Langit sigue el ciclo natural del ecosistema, vinculando los alimentos, el refugio, la energía, los sistemas de residuos y la comunidad, de modo que cada elemento nutre al siguiente en un proceso de cooperación mutua basado en el concepto de sostenibilidad de Sunnatullah.
Otro momento destacado de la conferencia fue la presentación de Talitha Kum, la red internacional de vida consagrada contra el tráfico de seres humanos.
Cada día, los participantes se reunían en grupos para reflexionar sobre la jornada y elaborar planes de acción. Hacia el final de la conferencia de cinco días, se planteó la cuestión de la sede de la próxima AMOR. Las religosas de los tres países propuestos retomarán el debate con su conferencia religiosa local para un mayor discernimiento.
Muchas de las ochenta participantes expresaron su alegría por estar en AMOR. Esperamos que vuelvan a sus casas con un sentimiento de misión colectiva y que lo puedan compartir con sus congregaciones locales, con el fin de aumentar su servicio a la Iglesia y a la sociedad en su conjunto.