Más de 150 personas asistieron a la conferencia, que celebró el 10º aniversario del Programa Interreligioso del John Paul II Center de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma. El evento vio la participación de líderes del dialogo interreligioso de Estados Unidos, Canadá, Palestina, Países Bajos y Roma, y cuya experiencia interreligiosa abarca, entre otros, cristianismo, judaísmo, islamismo y budismo.
La Hermana Lucy participó en una mesa redonda interactiva que trató el tema de cómo los líderes interreligiosos pueden pasar del estudio a la práctica, activar redes e iniciar acciones significativas para afrontar retos globales.
Junto a Lucy, también participaron Huda Abuarquob, Director Regional de la Alianza para la Paz en Medio Oriente; Aart Bos, Director Ejecutivo de MasterPeace; y Joyce Dubensky, Directora Ejecutiva del Centro Tanenbaum para el Entendimiento Interreligioso, que también hizo de moderadora.
También hablaron de cómo podemos involucrar a los jóvenes en los conflictos mundiales contemporáneos. Los interlocutores reflexionaron sobre el papel de la educación y la toma de conciencia en los colegios, con el objetivo de crear una nueva generación de líderes interreligiosos y garantizar que el diálogo interreligioso se convierta y persista como una práctica básica en la arena global.
La Hermana Lucy contribuyó a la mesa redonda con sus numerosos años de experiencia en el ministerio como Hermana de Sion en Israel y en Roma. Durante los 17 años que transcurrió en Jerusalén, fue presidenta de la Hermandad Ecuménica Teológica en Israel, mientras que en Roma fue directora de SIDIC – un Centro Internacional para las relaciones judeo-cristianas establecido en 1965 tras una solicitud de los Padres del Concilio Vaticano II.
Lucy habló de la visión que Sion tiene de las relaciones interreligiosas y, más concretamente, de las iniciativas sociales y culturales que Sion lleva a cabo en sus escuelas y en sus centros de estudios para adultos en todo el mundo. Dijo que el objetivo de la educación es el de proveer a los líderes futuros de una base sólida en la acción interreligiosa para el bien común. “Estoy convencida”, dijo Lucy, “de que el diálogo interreligioso moderno y una acción colaborativa son necesidades, no un lujo”.
Además de una serie de mesas redondas, también organizaron un ‘mercado de ideas’ con 20 puestos, que constituyeron una colmena de discusión muy vivaz. Durante esto intercambios informales, exalumnos y participantes religiosos y laicos subrayaron la importancia de la educación como base de la acción en las relaciones interreligiosas.