Durante estos dos días, 600 alumnos, divididos en 96 equipos, participaron en un gigantesco «juego de escape» inmersivo -una especie de búsqueda del tesoro- dentro del recinto escolar: para resolver los enigmas, debían profundizar en el conocimiento de la historia de su escuela y de la Congregación que la fundó.
Los jóvenes participantes disfrutaron descubriendo más sobre su escuela de una manera lúdica. «Aprendí mucho», dijo una alumna de 12 años, «sobre la historia de nuestro colegio, sobre sus valores y actividades, sobre nuestros padres fundadores. ¡Ha sido genial!»
Se enteraron de que en 1942, cuando se iniciaron las obras de construcción, las Hermanas de Nuestra Señora de Sión se enfrentaron a muchas dificultades. «En su lucha contra la barbarie nazi, salvaron a niños judíos y consiguieron terminar una obra en tiempos de guerra, cuando las restricciones se hacían sentir en todos los ámbitos», explicó la directora, Dolène Laurent. «¡Qué mujeres!», comentó, «¡qué hito para nuestros jóvenes de hoy, qué embajadoras de nuestra ciudad alpina y del deber de memoria!”
La Hermana Christiane Marie Formant fue una de las primeras alumnas que estudiaron en estos edificios escolares, los mismos que hoy en día. Tras dejar la escuela, siguió su vocación y se hizo religiosa en la Congregación de Nuestra Señora de Sión. Por la tarde, durante una conferencia con la Sra. Laurent, la Hna. Christiane Marie compartió valiosas anécdotas sobre los inicios de la escuela.
Uno de los momentos más destacados de estos días fue el descubrimiento de la placa conmemorativa con una cita de nuestro fundador Theodore Regensburg, que celebra la diversidad: “No todos los árboles dan el mismo fruto: no busques uvas en los perales ni naranjas en la vid.”
La placa también tiene otra función: su base hueca oculta en realidad una cápsula del tiempo. Se invitó a los miembros de la comunidad educativa y a los invitados a colocar textos en la cápsula contando cómo imaginaban que sería la escuela dentro de 20 años. El 13 de mayo de 2042, cuando la escuela celebre el centenario de la colocación de su primera piedra, se abrirá la cápsula. Hasta entonces, conservará todos estos documentos; ofrecerán nuevos recuerdos a los futuros estudiantes, aún no nacidos.
La Hna. Alice Bernadette Buchholzer subraya la importancia tanto de la labor de recuerdo como de la visión de futuro: “Es muy importante recordar”, dijo. “También forma parte de nuestra espiritualidad. Este recuerdo da un nuevo impulso para el futuro.”