La Hna. Arlyne Del Valle Casas pronunció sus votos perpetuos en la Capilla del Instituto de Espiritualidad en Asia, en Quezon City, Filipinas, en presencia del P. Rico Ponce de la Orden de Carmelitas. Estuvo rodeada por la Diaconisa Norma P. Dollaga de la Iglesia Metodista, la Hna. Adriana Castro del Equipo de Liderazgo Congregacional de NDS, otras hermanas de Sión, familiares y amigos.
Para la Hna. Arlyne, la fecha de la ceremonia tiene mucho significado, ya que celebra el día en que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesús tras su Ascensión al Cielo. Mientras se preparaba para hacer su compromiso final, contempló la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. A Arlyne le llamó la atención la figura de María Magdalena, que estuvo presente en todo momento. A veces miraba de lejos y no decía una palabra, pero nunca abandonó a Jesús y permaneció fiel a él.
María Magdalena y las demás mujeres de Galilea siguieron a Jesús a Jerusalén cuando se enteraron de que había sido arrestado y acusado falsamente por Pilato. Cuando Jesús murió y fue enterrado, María Magdalena siguió a José y a Nicodemo para ver dónde lo pondrían. Ella fue la primera en llegar al sepulcro.
«La amistad, el amor y la compasión de María Magdalena fueron increíbles», reflexiona Arlyne. «Su fidelidad se convirtió en el camino para encontrar a Jesús resucitado.»
Sor Arlyne ve la fidelidad que María Magdalena mostró a Jesús como una invitación para ella misma. «Que nuestra fidelidad nos siga llevando a un nuevo encuentro con Cristo resucitado», dijo. «Rezo y espero que pueda seguir siendo fiel a mi vocación, a Dios, a la Iglesia y a un mundo de justicia y amor.»
La ceremonia pública de profesión perpetua de este domingo es la culminación de un proceso de formación de nueve años. La Hna. Arlyne recibió un anillo como signo de la centralidad en su vida de Jesucristo y de su compromiso con el carisma de Sión.
En su homilía, la Dia Norma subrayó el papel de la comunidad en la decisión de Arlyne de hacer los votos perpetuos. “¿Cómo puede ser guiada sin una comunidad?”, preguntó. “La comunidad que es testigo de su crecimiento, de sus cuestionamientos, de las muchas contradicciones en el camino de la vida”.
Toda la Congregación rezó por Arlyne. El deseo de la Hna. Adriana para ella fue: «Que tu fe inquebrantable te mantenga firme, como la Montaña de Sión.”