La fiesta de Pascua es un momento de paso y de renovación en el camino continuo de la vida. Nos recuerda el paso de Dios a través de la historia humana, que nos permite avanzar cada día.
La piedra situada ante el sepulcro ha sido apartada. Jesús ha resucitado y nos invita a reconocerle y a abrirnos a la renovación. Nuestras vidas tienen esperanza gracias a Él.
Que esta Pascua vea la renovación de la esperanza: que cualquier paso que se requiera de cada uno de nosotros, se producirá