Conformemente a la Carta de las Escuelas de Nuestra Señora de Sion, el propósito de la escuela es asegurarse de que los alumnos logren un conocimiento más profundo de sí mismos, del “otro” y del mundo que les rodea, que les permita avanzar hacia un futuro brillante como jóvenes adultos fiables, justos y realizados.
Existe un fuerte sentido de comunidad. Conscientes de la fundación católica de la escuela y del carisma de las hermanas de Sion, todos los miembros de la comunidad —ya sean alumnos, padres, personal o directores— viven y respetan el lema “Consideración, siempre”, que es fundamental en la vida de la escuela, y se expresa en una actitud de acogida hacia las familias y los alumnos de todas las religiones y de quienes no creen.
La comunidad escolar se enorgullece de trabajar unida para impulsar la más alta aspiración, celebra el espíritu único y los logros de cada niño y niña, para ayudar a la próxima generación de sionianos a descubrir posibilidades en el mundo que les rodea, desarrollar una pasión por aprender de por vida y responder de buena gana y con compasión a las necesidades de los demás. El lema no es simplemente un fondo de pantalla, algo que está ahí en segundo plano y que es fácil ignorar al cabo de un tiempo. Es un valor muy arraigado y una parte esencial de la educación en Sion.
En Sion Worthing, el lema “Consideración, siempre” impulsa enérgicamente a todos… está vivo… vive y respira, resuena y vibra en los pasillos, dentro de las aulas y en los espacios exteriores. A los alumnos se les recuerda regularmente el espíritu y el lema en las asambleas y en las celebraciones del Día de los Fundadores.
El libro Espacios de diálogo, de la Hermana Patricia Watson, inspiró la creación de una asignatura llamada “Espacio de diálogo” en la cual, una vez a la semana, los alumnos se reúnen para aprender sobre temas fundamentales de la vida, debatir grandes cuestiones y, lo más importante, escucharse unos a otros.
La escuela fomenta una cultura basada en la consideración y el respeto a los demás, en la que se reconoce y aprecia la diversidad cultural dentro de la universalidad de la humanidad. Se prepara a los alumnos para que posean la integridad, la curiosidad intelectual, la capacidad de cuestionar, razonar, pensar críticamente y el ingenio necesarios para perseguir sus objetivos a lo largo de la vida, contribuyendo positivamente a nuestra sociedad.
Cada tutor de grupo adopta una organización benéfica local y recauda dinero para ella a lo largo del año. Los alumnos eligen la organización benéfica y pueden celebrar asambleas para concienciar a los demás alumnos sobre los temas que apoya la organización. También visitan varias residencias de ancianos de la zona. “Durante estas visitas —dice un estudiante— cantamos para los residentes y luego tenemos la oportunidad de charlar con ellos y aprender de sus fascinantes vidas y experiencias, al tiempo que esperamos aportar un nuevo punto de vista sobre las cosas a las suyas”.
Visitar el sitio Web“Un ambiente dedicado y caracterizado por una abrumadora sensación de amor.”
Flora, 15 años